jueves, 12 de abril de 2012

Felicidades, mamuchi!!!


Hoy mi madre cumple 76 años, y ayer le llevamos este ramo mi hermana y yo, de parte de todos sus hijos.
Mi mamuchi, es la persona más generosa que conozco, no sólo con su familia, sino con todo el mundo,
todos los que la conocen la quieren, y han notado su cambio de comportamiento por el alzheimer, pero
damos gracias a Dios, por lo bien que se siente.
Hace poco ella misma comentaba, que ella no nota que está enferma, porque tiene apetito, duerme bien,
y todavía hace sus cosas de la casa, aunque ahora quien cocina es mi padre.
Cuando en el instituto leí, "cien años de soledad", recuerdo que pensé que olvidar las cosas no era tan importante,y con lo de poner notas, y el nombre de ellas solucionado... qué ingenua que era, lo triste es cuando dices manzana, y aunque lo leas, no se te venga a la mente esa fruta, sino que sientas un vacio que no sepas de lo que se trata.
Pero hoy es un día feliz, mi madre nos quiere, y estamos todos ahí para velar sus despistes, sobre todo mi padre, que siempre ha sido un hombre no muy dado a mostrar sus sentimientos, más pendiente del qué dirán, y enfatizando siempre y valorando más a los de fuera que a los de dentro, yo pensaba que ya era una figura modelada, pensaba que era una arcilla ya seca, pero he de quitarme el sombrero ante él, no sólo la vida ha seguido modelándolo, sobretodo mi princesa, sino que ahora con mi madre, se ha convertido en una persona más sensible, y valorando lo más importante. A la vida venimos a aprender, esa es mi filosofía, y qué orgullosa me siento de mis padres.
Cuando he llamado para felicitar a mi madre esta mañana, me ha comentado feliz, un hecho sin precedentes,
al menos, desde que se hicieron mayores mis padres: Y es que esta mañana, mi padre la ha despertado con un beso y felicitándola.
Y ese es uno de los mejores regalos que ha recibido hoy.

Y ésta anécdota debería, quizás quedar, en la familia, pero quiero compartirla con todo el mundo.
Porque la mejor medicina para todo, es el amor, el cariño, y es algo que nos llevaremos con nosotros.
Y es curativo tanto para el que lo da, como para él que lo recibe.